miércoles, 4 de febrero de 2015

Contrareloj...

El día de hoy solo escribo para relatar una mala experiencia y hacer una buena reflexión acerca de ello.

Resulta que, por u compromiso que tuve hoy, debía llegar a las 8 pm a la casa de un amigo.

Pues bien, la ley de murphy hizo su aparición en forma de "Si estas apurado, habrá un obstáculo en tu camino".

Se nos acabó el gas, no había agua caliente para bañarnos y llegar a tiempo, tuvimos que esperar al del gas, me balé de prisa y de aquí a que terminamos de alistar las cosas... salimos de casa 7:50. Para colmo, tenía poca gasolina y sí o sí debía hacer parada para surtirla... y eso no es todo, con el imprevisto de surtir el gas debía ir al banco.

//Pausa a este momento//

Trataré de ponerlos en situación: van tarde a un compromiso, ya pasa de 8:15, la persona con la que debían llegar no contesta al celular al cual pretenden avisar que no llegaran a tiempo, estan perdiendo tiempo valioso y al llegar al banco... toca esperar fila.

//Aquí llega el punto de hoy//

Tras recibir el dinero voy de prisa regresando al auto, veo que una camioneta se aproxima a la esquina de la calle, pero decido atravesar pues venía lejos... al ir atravesando la calle, justo a la mitad, me doy cuenta que el chofer viene distraído observando a una muchacha que pasa por la banqueta contraria... y lo que es peor, el tipo sigue acelerando más su vehiculo mientras dobla la esquina que yo estaba atravesando...

Tuve que correr... literal. Corrí hasta la esquina, tan rápido como pude, para sentirme a salvo, no atravesaba una calle corriendo desde que tenía 8 años y aprendí a cruzarlas apropiadamente... pero en esta ocasión, si no hubiese corrido, estaría escribiendo esto probablemente desde algun hospital (en el mejor de los casos claro está).

Y justo ahí es donde me puse a pensar... ¿Vale la pena tratar de llegar tan puntual? Total, ya iba tarde... no pasaba nada si esperaba unos segundos más... si hubiese tomado el tiempo normal para sacar el dinero del banco... o caminado a paso normal hasta la esquina, probablemente no haya tenido la necesidad de correr...

¿Cuántas veces no nos movemos y hacemos hasta lo imposible por cumplir con algo? ¿Cuántas veces no sacrificamos nuestro tiempo por sacar la chamba? ¿Cuántas veces conducimos de prisa por tratar de cruzar antes que nos toque la luz roja?... Es muchas veces, hasta que estamos en esa situación... que nos damos cuenta que los segundos son importantes, y más cuando se trata de conservar la vida.

Lo pongo en el blog como siempre, por si a alguien le ayuda.

Saludos!

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